viernes, 29 de mayo de 2015

He llegado a pensar que dejé el cielo por el infierno

Portada del Libro "Autocensura".

Por: Abraham Torres


Quisiera compartir con ustedes cada viernes, un extracto del libro autocensura escrito en el 2006 y presentado hasta el 2014. 

Sentir el miedo a la violencia, presenciar la muer­te y el temor a la venganza son las características que defi­nen la vida de las personas que se atreven a ser observa­doras y cronistas de las actividades delictivas del narcotráfico, como el autor de este libro, quien ha optado por utilizar el seudónimo Saulo.

Este libro ofrece al lector las reflexiones de Saulo sobre su aventura verídica, aunque autocensurada por razones obvias, en tierras donde abunda el delito. Esas experiencias pusieron en riesgo su vida y produjeron un cambio profundo en él.

Es importante informar al lector que los nombres de lugares y personas se han modificado, pero los hechos y las fotografías pertenecen a casos reales. El autor sabe que mantener la seguridad y la vida es fundamental, a pe­sar de su deseo de reportar sin censura.

El lector encontrará en estas páginas la experiencia de Saulo sobre el problema del narcotráfico y podrá ver desde otra perspectiva el riesgo que corren las personas cuyo interés es narrar la verdad a la sociedad. Las leyes de libertad de expresión son palabras en códigos legales que, en esencia, no pueden salvaguardar la vida. 

Aquí una parte inicial de las vivencias.

14 de enero
La entonces llamada Policía Federal Preventiva.

Hoy se cumplen tres días desde de mi llegada a, digamos, San Sebastián, por decir un nombre de una ciudad fronteriza a la cual debo encontrarle el modo, porque aquí viviré por lo menos un año; un año que pienso será duro, difícil y con muchas adversidades para llevar a cabo mi trabajo con profesionalismo, debido a las pugnas que existen entre y con los narcotraficantes.

Si no mal recuerdo, ayer fue la primera noche en la que pude dormir; de por sí, el hotel en el que me estoy quedando no es el mejor que digamos y no ayuda mucho al descanso personal.

Fue una noche en la que incluso soñé. Llegué rendido y con ganas de que me abrazara la noche. Lo conseguí.

A tan pocos días de estancia con los sansebastianenses, me ha tocado enterarme y leer que han sido ejecutadas más de ocho personas. Una de ellas era colaboradora de un medio informativo; otros, elementos policiacos y dos más, una pareja, por cierto joven, que desafortunadamente tenía deudas con la mafia.

Hablar de San Sebastián es hablar de droga, de muertes, de inseguridad, de desconfianza total en las personas; son sentimientos que se arraigaron desde no sé qué día de enero de dos mil algo cuando un convoy de más de media docena de camionetas llegó a esta ciudad para quedarse. Todas esas personas son conocidas como los malos. Me callo el nombre, no vaya a ser la de malas.

Desafortunadamente son más cosas malas que buenas de las que ahora puedo hablar. En la calle se res­pira temor. Si llegas a un lugar, no puedes hablar del “narco”, de droga y, mucho menos, exponer hipótesis o conjeturas que se tengan sobre esos temas.

Los narcotraficantes tienen comprado a medio mundo aquí; no sabes si el taquero de la esquina de donde está el periódico, el que vende los diarios en los cruceros, el funcionario municipal, el agente aduanal o el policía aquel es alguno de ellos u “oreja” de los gánsteres de San Sebastián.

La lucha entre los cárteles de la droga.

Por lo que he sabido, existen dos grupos que quieren lograr el control sobre la totalidad de la franja fronteriza; unos vienen del poniente y los otros provienen del centro. Entre ellos se disputan el territorio. Hay un grupo más, que todavía no está bien identificado, al menos yo no lo sé, que está internándose poco a poco aquí, lo que pone de manifiesto que los “plomazos” no van a terminar en un buen rato.

***

Una lucha encarnizada entre el narcotráfico.

Hablar de mi bienvenida ya no tiene mucha relevancia. Basta decir que muy difícilmente se me va a olvidar el día que escuché los balazos muy cerca de donde me encontraba. Fue la primera vez que el oído se me agudizó para saber a ciencia cierta que se trataba de detonaciones de arma de fuego. Para ser honesto, durante los días que he vivido aquí, he tenido un sentimiento de miedo, de inseguridad... He llegado a pensar que dejé el cielo por el infierno.

Sin embargo, mi labor de reportero es lo que me motiva a seguir adelante. Me gusta mi profesión, me gusta lo que hago y no lo pienso abandonar... Me ha quedado muy claro que mientras uno no se meta con aquellas personas, no pasa nada. Me reconforta mucho encontrar en la calle a los niños que regresan del colegio por las tardes, a las amas de casa, a los profesionistas y a las familias completas que salen a divertirse los fines de semana. Eso me da un respiro para pensar que puedo seguir viviendo en esta ciudad de una manera pacífica o, al menos, con un poco más de tranquilidad.
Espero que con el paso del tiempo las ideas se vayan asentando y las dudas disipando. Por lo pronto, pido a Dios y a la Virgen su protección para seguir adelante en este camino.



miércoles, 27 de mayo de 2015

Seis premisas del periodismo digital


Asistentes al ISOJ 2015

Por: Abraham Torres


Mucho se habla de la trascendencia del periodismo digital en nuestras vidas. Algunos auguran el inminente cierre de las redacciones de papel. 
Otros más configuran la agenda a una convivencia entre el mundo impreso y el mundo virtual.
Los que nos dedicamos a esta profesión debemos tener en cuenta algunos elementos fundamentales a la hora de explorar nuevas narrativas a través de medios digitales. 

En diversos foros de análisis con profesionales del periodismo digital, se escuchan líneas comunicativas tendientes a la mejora continua de lo que diariamente leemos en portales de noticias, blogs y demás espacios en la web.


Comparto con ustedes algunas de las reflexiones que me dejó #ISOJ2015 en mi última visita a la ciudad de Austin, Texas. 

1) La esencia del periodismo es contar algo y contarlo bien. Hoy más que nunca la gente necesita buenas historias qué leer. Está dispuesta a leer y a ver narrativas de larga duración. Para ello, resulta fundamental que los periodistas digitales estén preparados con un mayor y mejor léxico que cautive a sus comunidades.

2) El enorme reto del periodista es que se sepa capaz de hacer muchas cosas y no acomplejarse por la tecnología. Son las generaciones jóvenes las que están abriendo brecha en este tenor. Las viejas redacciones comienzan a cimbrarse ante los cuestionamientos novedosos de los nuevos profesionales del periodismo que diariamente están ávidos de experimentar más y en nuevos formatos.  

3) Necesitamos más periodistas y periodismo que explica. Y para lograrlo necesitamos también nuevos medios que sirvan como foros de expresión. Las propias universidades deben de preparar a los futuros periodistas en los nuevos escenarios que se vislumbran. Trabajar más en un periodismo de datos, de investigación. Adentrarnos al periodismo inmersivo.


Discusión sobre el periodismo digital en ISOJ 2015

4) Buscamos conocer temas, explorarlos, desarrollarlos y ofrecerlos para que nos los compren. Las comunidades que vayamos creando estarán dispuestas a pagar por contenidos locales, únicos y especializados. Esa será la gran tarea del nuevo periodista. De esta manera podremos ir haciendo experimentos con muros de pago poroso y otras alternativas para financiar los proyectos emergentes de periodismo digital independiente. 

5) Debemos cambiar la nota diaria y la nota de declaraciones por un periodismo que explique el por qué suceden las cosas. Este es uno de los grandes pilares que sustenta el periodismo digital. Los lectores están dispuestos a pagar por contextos. No basta con la nota diaria. Para eso ya existen muchos medios de comunicación. Debemos escribir para explicar el por qué de las notas. Contextualizar al lector ante el bombardeo mediático que a diario leen y que únicamente informa el hecho. 

6) No conformarnos con lo que leemos, sino ofrecer una visión diferente de los hechos. El periodista digital debe tener una visión global. Aquellos que piensen que publicar la misma información impresa en su portal digital abona a un periodismo diferente están en un error. Estamos burlándonos del tiempo de los lectores. Se busca que a través de diversas plataformas sociales podamos interactuar con nuestra comunidad. La gestión de contenidos de calidad y con perfiles específicos se vuelve ahora un gran aliado de los periodistas digitales. 

Fotografías tomadas de UTKnightCenter